Ducha versus teléfono

¿Por qué cada vez que me meto en la ducha ha de ponerse a sonar el teléfono? ¿Por qué sin tener idea de quién llama se me da por salir corriendo para contestar? ¿Por qué no aprendo de una vez para otra y evito resbalones, caídas y porrazos?


Antes, me bastaba con ponerle un tono de llamada especial al "amor de mi vida" y llevarme el móvil al cuarto de baño para saber que quien llamaba era él y darme prisa por cogerlo.

Ahora, ya no existe ese "amor de mi vida" y aunque tenga un tono especial para saber que quien llama es la pesada de mi madre, que ataca de nuevo con algunas de sus neuras, también suena el fijo: condición indispensable para poder tener acceso a Internet en casa. Y claro, para él no hay tonos especiales que valgan y sí porrazos, resbalones y caídas.

 
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